Hace unos días me ocurrieron una serie de eventos que pensé interminables, que se sucedieron uno al otro y que al final lograron un resultado que no esperaba. Empaqué solo los recuerdos que me quiero llevar, guardé con cuidado los trozos de mi corazón, me pinté la boca y abandoné el hogar donde me cobijé éstos últimos ocho meses: La Luna.
Me di cuenta que ya era tiempo de emigrar y comenzar de nuevo. Recuerdo que llegué un día sin sentido y sin dirección, como paracaidista, a establecerme en un lugar donde no tuviera que tomar decisiones y donde pudiera observar mejor.
Me puse cómoda, me instalé, me cobijé con la amistad de algunas personas y me deshice de las pretensiones de otras. Ahí, aislada en mi Luna, me di cuenta que lo que pensé un día que me haría feliz no era así, que no me conocía en lo más mínimo y que tal vez por mucho tiempo me dediqué a ocultar mi pasión, mi alma y mi verdadero yo. Me esforcé demasiado en camuflarme en una sociedad para “embonar” a pesar de lo mucho que me costaba, a pesar de mi misma. Perdí fuerzas y seguridad en el camino, perdí la valentía y el coraje para luchar por lo que me hace feliz. Confié en personas equivocadas, dejé que me “cargaran” pensando que así me salvarían de no-se-qué, pero me dejaron caer. No una, varias veces.
Algún día alguien me decía que debía tener paciencia, que las cosas llegan con paciencia. Y sabes que? Que no. Yo hoy no tengo paciencia, ni tengo tiempo, ni tengo ganas de quedarme con los brazos cruzados esperando que pasen cosas maravillosas en mi vida. Por eso estoy agarrando mis chivas y me estoy pintando de colores. Ya no quiero estar en La Luna, ya estoy puesta, lista y fuerte en el viaje de Mi Vida. Ya sé lo que quiero, ya sé lo que me hace feliz, ya sé lo que estoy dispuesta a perder en el camino con tal de llegar por que como dice mi hermano “se necesita valentía para marcharse y vencer el miedo a llegar”.
Por eso, hay una vacante en La Luna. Si tú la quieres, adelante. Sirve estar ahí por un tiempo, no te quedes demasiado por que las cosas más fregonas de la vida no te caen solas. Hay que moverse, luchar, pelear como fiera. Y eso voy a hacer, ésta vez lucharé como loca contra mis miedos y mis fantasmas, no voy a dejar que se vaya eso que me hace ser una mujer completa y locamente apasionada de respirar todos los días.
Oficialmente dejo la luna, Diablo Guardián.
Ilustración cortesía de @tuitusmonos
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