"Se escribe para llenar vacíos, para tomarse desquites contra la realidad, contra las circunstancias." MVLlosa

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Me Vales

Mientras luchaba por no quedarme dormida manejando en Churubusco y después de una llamada un tanto incómoda fue que dediqué un tiempo a pensar en qué momento de mi vida decidí que la mejor forma de manifestar mi enojo era "haciendo que no me importa nada".

Supongo que todos hemos sentido esa falta de atención o de preocupación de seres a los que amamos. Ya sea padres, amigos, vecinos, compañeros de oficina. La ausencia de interés por compartir con nosotros lo que queremos compartir con ellos deja una sensación de decepción, vacío y tristeza.

Solo por poner un ejemplo, recuerdo alguna vez de niña que hice una de esas travesuras que crees cambiará el rumbo de la historia familiar. Esperas que tus papás se indignen, te castiguen o al menos te reprendan. Pero no, no pasó nada.
Esa percepción de que lo que hagas no tiene ninguna reacción te hace sentir que no importas. Somos tan egoístas que pensamos que el mundo debe girar sobre tu órbita y somos tan vulnerables que la indiferencia del Universo nos deja heridos. Innumerables veces esa situación se repite en tu vida y entonces la asocias a un castigo. El no hacer, el no reaccionar, el "me vale" se convierte en una forma de manifestar y castigar lo que te está molestando. Como quien dice haces un mega berrinche interno, le mientas la madre a la orbe, bebes café a lo estúpido y nadie sabe que estás enojado! Frustante.

El principal problema, me parece, es que las señales que se envían a las personas es errónea. Pareciera que lo que te está matando de enojo o de tristeza en realidad no te importa y comienza un círculo vicioso en el que la otra persona repite las acciones que te molestan porque al parecer no te molestan e incluso puede cansarse de esa reacción por leerla como indiferencia.  Es más, cuando te molesta tanto llegas a hacerte un coco-wash "me vale, no me importa, no tengo por que enojarme, al fin que..." y en realidad ejercitas tanto el "me vale" que llega a convertirse en una forma de vida.

Es así que ayer por primera vez en muchos años decidí dejar de "hacerme la que no me importa" ante algo que, justificadamente o no, me causó inquietud. Manifesté mis dudas, puse en evidencia mi tristeza y pregunté todo lo que quise preguntar. Las respuestas que recibí no me dejaron ni tranquila ni contenta pero sentí como si hubiera abierto la puerta de la habitación más congestionada en mi departamento de demonios. Me di permiso de sacar a la mujer que menos me gusta mostrar: la insegura, la intranquila, la más frágil.

Antes que sea tarde es importante hacer saber a las personas que amo, que las amo, que me preocupan y que todo lo que hagan sí me importa, aunque no me guste.

1 comentario:

  1. Hacernos los desentendidos suele convertirse en una habilidad que tedría que erradicarse. Muy buena reflexión: para hacer pensar y para hacer cambiar...

    Alex Villasana

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